La crisis climática y la descarbonización
Disminuir las emisiones de carbono es un claro objetivo de muchas empresas. A pesar de un breve descenso en 2020, en 2021 los niveles han vuelto a cifras previas a la pandemia. Para evitar sobrepasar el umbral de calentamiento fijado en 1,5º C, es necesario reducir las emisiones mediante el uso de energías renovables, como la solar y la eólica o los biocombustibles, y el desarrollo de alternativas sostenibles, como el hidrógeno verde o la industria geotérmica. Sin embargo, dejar de usar petróleo, carbón o gas requiere tiempo y recursos que no todos los países europeos poseen. Ejemplo de ello es la crisis energética desatada tras el estallido de la guerra de Ucrania.
La creciente demanda de energía a nivel mundial
Con la creciente electrificación de industrias como el transporte y la construcción, y la digitalización de otros muchos sectores, las empresas energéticas se preparan para ver triplicada la demanda de electricidad en 2050, mientras que la demanda actual de hidrógeno se verá quintuplicada y el consumo de gas aumentará un 10 % en los próximos 10 años. Para alcanzar el objetivo de cero emisiones netas en 2050, la inversión mundial en energía limpia debería triplicarse antes de 2030. Por ese motivo, las empresas necesitan contar con una infraestructura adecuada, unas previsiones precisas y una estimación de costes fiable.
Un enfoque descentralizado para los sistemas de producción energética
El abandono de los combustibles fósiles permite a los consumidores generar su propia electricidad (p. ej., con paneles solares en el tejado), lo que promueve la sostenibilidad y la autonomía. Por ello, quienes trabajan en Compras se enfrentan a nuevos modelos energéticos, como los sistemas descentralizados. En Glasgow, Reino Unido, cada vez más hogares producen energía para su autoconsumo y se apoya a las constructoras para que se autoabastezcan y creen comunidades energéticas.
La digitalización de la producción de energía y la inteligencia artificial (IA)
La digitalización es el futuro del sector energético. Algunas soluciones, como el análisis predictivo impulsado por la IA, los dispositivos del Internet de las Cosas (IoT), la tecnología blockchain para el seguimiento transparente de la energía y la réplica virtual de las instalaciones de producción ya sirven de apoya para desarrollar redes energéticas más complejas. Muchos de los retos mencionados, como la inestabilidad de la cadena de suministro, la sostenibilidad y las fluctuaciones del mercado, podrían controlarse con la ayuda de herramientas de IA generativa.
La inestabilidad económica, la inflación y la subida de precios
En un entorno tan volátil como el actual, se pide a los departamentos de Compras que ahorren a pesar de la inflación y el aumento de los costes. Las empresas energéticas también tienen que encontrar soluciones eficientes y rentables para garantizar su solvencia financiera, pero ahorrar y cumplir con los objetivos en materia de sostenibilidad puede resultar complicado.
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