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La sostenibilidad va más allá de la RSC

Adoptar medidas en materia de Compras y para gestionar las cadenas de suministro.

Sustainability beyond CSR

Las expectativas de los profesionales de Compras han cambiado. Ya no son los únicos responsables de reducir costes y de la continuidad de las cadenas de suministro. Ahora forman parte de un planteamiento centrado en la creación de valor que engloba a toda la organización. Eso se traduce en mitigar riesgos, aumentar la eficiencia y alinear su trabajo con los objetivos de la empresa. Y, para ello, la sostenibilidad es primordial.

En este artículo de nuestro blog estudiamos el importante papel que deben adquirir las compras para ayudar a las empresas a ser más sostenibles. También analizamos el significado de sostenibilidad en este contexto, los beneficios de las compras que fomentan la economía circular y las iniciativas y tecnologías que permiten que todo esto llegue a buen puerto.

Cuando hablamos de sostenibilidad, es habitual centrarse únicamente en el impacto medioambiental, pero el significado real de este término es mucho más amplio. En 1987, la Comisión Brundtland de las Naciones Unidas definió la sostenibilidad de la siguiente manera: «Satisfacer las necesidades actuales sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las suyas propias». Si lo extrapolamos a la toma de decisiones en materia de Compras, esto supone equilibrar la demanda a corto plazo con el impacto a largo plazo.

¿Qué son las compras sostenibles?

Al comprar, se toman decisiones que tienen muchas implicaciones. Tanto si pensamos en la energía para iluminar nuestras oficinas como en las condiciones laborales de la fábrica donde se elaboran los uniformes, nuestra forma de comprar puede tener efectos tangibles. Según la Sustainable Procurement Plataform (Plataforma de compras sostenibles), para este tipo de adquisiciones hay que «cerciorarse de que los productos y servicios que la organización compra garantizan una buena relación calidad-precio y generan beneficios no solo para la empresa, sino también para el medioambiente, la sociedad y la economía».

La norma ISO, por su parte, considera que las compras sostenibles tienen «un efecto [...] muy positivo a lo largo de su vida útil». Se trata de un enfoque circular en el que se valora el ciclo de vida completo de los productos teniendo en cuenta las cadenas de suministro: desde la extracción de las materias primas, el proceso de fabricación, el embalaje, el transporte, la venta al por menor y el uso, hasta el momento de la eliminación o el reciclado de los residuos.

De este modo, es posible asegurarse de que lo que se compra respeta unos objetivos organizacionales más amplios, así como los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU (SDG, por sus siglas en inglés). Aprobados en 2015 como un llamamiento universal a la acción para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que para 2030 todas las personas disfruten de paz y prosperidad. Esta agenda de propósitos aboga por el trabajo digno, el crecimiento económico, el consumo y la producción responsables, y la reducción de las desigualdades.

The UN’s 17 Sustainable Development Goals
17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. Fuente: Naciones Unidas

¿Qué ventajas tienen?

Abordar las compras con un enfoque sostenible puede ser beneficioso en los siguientes casos:

  • Para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mejorar la calidad del aire y del agua

  • Para promover prácticas de empleo justas y estrategias de aprovisionamiento ético

  • Para crear nuevos empleos y más oportunidades en las economías locales

  • Para mejorar la reputación de la empresa y cumplir las expectativas de los clientes

  • Para impulsar la diversidad y la competitividad en las cadenas de suministro 

Esta lista deja patente que existen numerosos beneficios. Aparte de los efectos transformadores sobre el medioambiente, la población y la sociedad en su conjunto, las compras verdes también impulsan la innovación interna y generan nuevas oportunidades de crecimiento y desarrollo.

¿Qué deben hacer las empresas?

Si nos centramos específicamente en las compras indirectas, la falta de visibilidad y control de las cadenas de suministro puede ser perjudicial. La empresa se expone a acabar relacionada o involucrada con sobornos, materiales provenientes de zonas de conflicto, mano de obra esclava y otras prácticas irregulares que contradicen los valores organizacionales y compromisos de RSC. Aunque algunas iniciativas, como la elaboración de informes de RSC, son útiles, no es suficiente para acreditar que la sostenibilidad es parte del negocio y de la cadena de suministro.

Para demostrarlo, es fundamental cumplir ciertos criterios. Por ejemplo, respetar unos mínimos exigidos por ley e incorporar marcos sostenibles para las cadenas de suministro y la propia empresa.

El Protocolo de Gases de Efecto Invernadero (GHG Protocol) agrupa las emisiones en tres categorías: 1) directas, 2) indirectas y 3) de la cadena de valor. Muchas empresas solo analizan las emisiones de tipo uno y dos. Sin embargo, estas emisiones son solo la punta del iceberg. Es necesario medir, realizar informes y reducir las emisiones de tipo tres de las organizaciones para poder conseguir el efecto deseado.  

Según la consultora McKinsey, además del carbono, dos tercios de la huella ambiental, social y de gobernanza de una empresa media tiene su origen en los proveedores. Es evidente que hay que poner el foco sobre ellos para lograr un cambio real. Pero en este punto aparecen algunos obstáculos, por lo que hace falta recurrir a plataformas digitales que sirvan de apoyo y aporten transparencia.

¿Cómo se cumple con lo prometido?

Las compras sostenibles generan muchas expectativas. Aunque cada vez es más importante que las empresas seleccionen a los proveedores conforme a criterios de sostenibilidad, esto no siempre se ve reflejado en las compras. Existe una clara diferencia entre las empresas que quieren hacer lo correcto y las que finalmente lo hacen. Esta situación viene provocada por cuestiones complejas relacionadas con los productos y por la falta de visibilidad que dificultan la elección de opciones sostenibles.

El uso de una plataforma facilita la fijación de objetivos, la coordinación interna y la toma de decisiones sostenibles. Al interactuar con los proveedores a través de una plataforma, es posible ir más allá del cumplimiento de la RSC y del ahorro en costes y comenzar a crear y compartir valor real en la cadena de suministro. Tanto si compras a empresas más pequeñas e innovadoras con certificados de huella de carbono como si lo haces directamente a compañías locales, una plataforma permite diversificar proveedores y fomenta la sostenibilidad.

Sustainable Choice
La etiqueta «Sustainable Choice», otorgada solo a proveedores certificados, facilita a los compradores el cumplimiento de los criterios ESG.

Tratamos de mejorar constantemente para hacer que las compras y ventas sostenibles B2B sean más fáciles que nunca, especialmente en lo que respecta al punto de venta. En Unite, por ejemplo, nuestra etiqueta «Sustainable Choice» (solo disponible por el momento en Alemania) permite a los compradores saber qué proveedores cumplen mejor con los criterios medioambientales, sociales y de buen gobierno (ESG, por sus siglas en inglés) antes de realizar una compra. Aunque ahora mismo nos estemos centrando en este aspecto, el potencial que ofrecen las plataformas para favorecer las compras sostenibles es ilimitado. Se puede caer en la tentación de hacer promesas poco realistas, pero para nosotros la sostenibilidad no es una inversión puntual, sino un viaje continuo para mejorar las compras. La sostenibilidad ha llegado para quedarse, y nosotros con ella.

Sostenibilidad equivale a responsabilidad

Las plataformas como Unite, impulsadas por nuevos y revolucionarios avances, están contribuyendo a la resistencia de las cadenas de suministro, ayudando a las organizaciones a ir más allá y lograr que la sostenibilidad se convierta en sinónimo de creación de valor.